martes, 29 de mayo de 2012

ESCÁNDALO VIRTUAL





La vergonzosa situación en la que fue filmado el senador Merlano ha sido motivo de múltiples manifestaciones por parte de los medios masivos de comunicación en la última semana. Las campañas en la red que exigen la renuncia del senador tienen ya miles de seguidores y la prensa sigue poniendo en primera línea hechos derivados del desafortunado incidente. Lo que cabe preguntar frente al escándalo es qué fue lo que realmente impactó de tal modo a la población civil para que se suscitara tal movilización. El senador Merlano no ha hecho nada distinto a lo que hacen todos los día millones de colombianos. Son múltiples los accidentes que se producen por la imprudencia de conductores ebrios; y son muchos más quienes apelan a su poder  y reconocimiento social para obtener un beneficio individual. No es algo oculto para nuestra sociedad que las instituciones públicas están plagadas de dinámicas poco rectas y que el tráfico de influencias es el pan de cada día en los recintos de la administración pública. Estamos acostumbrados a estos comportamientos y, más aún, solemos legitimarlos de la manera más descarada apelando a nuestra, muy característica, actitud servil.
Ya en otra columna he hablado de los imaginarios sociales perversos para describir el modus operandi del colombiano. Saltarse las normas es reconocido y aplaudido como una increíble sagacidad que funciona como llave de acceso a lo que el individuo anhele.
Entonces, si estamos acostumbrados y legitimamos, de modo inconsciente  (por lo menos, eso nos gusta creer), las transgresiones a la ley y el uso del poder en beneficio propio, ¿por qué Merlano escandalizó a la ciudadanía? Al parecer, la clave está en los medios masivos de comunicación y la difusión de la información en las redes sociales.
Que toda la escena esté registrada en video, como en el mejor de los reality shows, es el primer factor que desencadena múltiples reacciones. El colombiano común, en ese video, puede verse a sí mismo reflejado; queda allí expuesta toda su miseria; su mentalidad le es revelada de forma cruda y sin mediación y no hay cómo maquillar el incidente; no tiene herramientas para justificar los hechos y al contrario, siente vergüenza al observar como cae cada vez más y más bajo. El video se difunde velozmente por la red y las distintas manifestaciones comienzan a emerger. La primera será la indignación: ¿Cómo un representante puede actuar de ese modo? Y justo detrás viene la burla como segunda reacción: justamente por eso, porque es un representante. Después vendrá la débil defensa de la dignidad del colombiano al crear grupos que exigen la renuncia del senador. Seguramente, muchos de quienes apoyan y promueven los grupos no han asistido a las últimas elecciones porque su vida ya tiene lugar en la virtualidad y ese domingo prefirieron twittear sus críticas al sistema, en medio del guayabo que les dejó el no cumplimiento de la ley seca.
El escándalo solo ha tenido lugar en la virtualidad y las consecuencias serán asimismo completamente virtuales. Siempre y cuando quede constancia en la red del rechazo de la acción, bien pueden seguir manejando los borrachos y gobernando los corruptos, esos que representan a todos los colombianos. 

miércoles, 23 de mayo de 2012

FELIZ DIA DEL MAESTRO


La vocación a la enseñanza ha sido una de las más claras en la historia de la humanidad. Quien quiere dedicar la vida a este oficio, desde muy temprana edad comprende que su realización consiste en guiar por los caminos del conocimiento a otros que así lo deseen. Es casi natural en él ir por la vida ávido de saber y presto a trasmitir aquellos hallazgos que le sorprenden y llenan de satisfacción.
Cuando quien ha elegido este camino se encuentra con los sistemas educativos de nuestro tiempo suele sufrir una profunda crisis de identidad por dos motivos. Uno, la tecnificación de la enseñanza y dos, la apatía de su auditorio.  Estos dos aspectos, son característicos tanto de la enseñanza media como de la superior. En el caso de las universidades es aún más complejo el panorama cuando se supone que quienes acceden a este nivel de educación han elegido libremente estar allí y  les apasiona aprender sobre su especialidad. La apatía y el poco compromiso son factores que desaniman hasta al más comprometido docente.
La técnica como invasora de los espacios del saber ha comprometido, en sentido negativo, la trasmisión de conocimiento. Las nuevas tecnologías y la imposición de la enseñanza por competencias, han establecido dinámicas que en lugar de procurar el desarrollo y la madurez del proceso de aprendizaje, lo han debilitado hasta el punto de detener su crecimiento. Las herramientas tecnológicas educativas o TIC’s –por utilizar el desafortunado nombre que se les da– se ofrecen como alternativa frente a la tradicional exposición magistral y la clásica lectura de textos. Se considera a las anteriores ya caducas frente a las nuevas propuestas tecnológicas y las múltiples didácticas que el siglo XXI ha traído como innovación. Si existe el videobeam y las diapositivas, ¿para qué la exposición magistral en la que el profesor trasmite sus conocimientos con un alto dominio de la retórica y el discurso?  Si existen WikipediaMonogrfias.com, ¿qué necesidad hay de gastar las horas en la biblioteca para conocer y recorrer las  colecciones clásicas y entrar en diálogo con sus autores? 
Lo paradójico del asunto es que la recepción por parte de los estudiantes, de estas nuevas tecnologías, al contrario de ser positiva, es directamente proporcional a la seriedad de las nuevas herramientas. Al principio del curso, la pregunta ya no es si el profesor será bueno y exigente, sino si será o no un profesor Karaoke (que lee y repite lo que dice la diapositiva proyectada). Se sabe, entre el ámbito estudiantil, que para ese sistema, la clave del éxito es no asistir a clase y aprovechar el tiempo estudiando lo que sí es serio.
La vocación de los maestros, por todos estos factores, se confunde hoy por hoy con la del recreacionista que tiene que encontrar las herramientas necesarias, no para enseñar a pensar, sino para ofrecerle a su audiencia elementos que motiven sus emociones. La cultura de la emotividad se ha apoderado por completo del entorno educativo y ya casi no queda espacio para ejercer en profundidad el oficio del maestro que tiene como fin despertar en los estudiantes un anhelo de saber que ponga en juego sus potencias y facultades.   

lunes, 14 de mayo de 2012


EL MITO DE LA LIBERTAD




La Arcadia del romanticismo nos ha legado un poderoso mito que se convierte en paradoja cada vez que alguien intenta alcanzarlo. La famosa afirmación rousseauniana según la cual nacemos libres pero la sociedad nos corrompe se ha arraigado fuertemente en las mentalidades de todos los pueblos occidentales y nos ha hecho considerar como enemigo número uno de nuestra libertad a la sociedad misma. Si la estructura social nos aleja de nuestra naturaleza y, por tanto, de la expresión real de nuestro verdadero yo, lo que queda es el rechazo o, para ser moderados, la profunda sospecha de todo aquello que la sociedad ofrece.

Esta postura es problemática desde muchos puntos de vista. En primer lugar, es contradictorio pensar que una realidad que existe y es constituida por seres humanos sea ajena y contraria a lo que el ser humano es. La naturaleza humana a la que Rousseau apela, está desprovista de lo más constitutivo de la especie humana, esto es, su condición social y su profunda "dependencia" cultural. Ya lo había señalado Aristóteles de modo contundente: el hombre es un ser social por naturaleza, y veintidós siglos después no conseguimos asimilarlo aún.

Justamente en el carácter social de nuestra condición está la clave para entender en qué consiste la libertad humana: somos libres porque somos sociales y somos sociales porque somos libres. Ningún otro animal tiene comprometida una parte tan significativa de su vida a la construcción libre. De hecho, en los animales la determinación indica con claridad el comportamiento y garantiza, en la mayoría de los casos, el éxito en la acción. La indicación de la biología es suficiente para el desarrollo vital. En cuanto al hombre, al contrario, encontramos que la pista biológica es insuficiente y errática. Es necesario el ejercicio de la libertad para el desarrollo vital, que deja de ser biológico para convertirse en biográfico. Con su acción libre el ser humano despliega su vida... o no.

La Arcadia romántica propone una libertad sin determinaciones y sin sociedad. Un espacio en el que nada ni nadie ofrece pautas de acción. Un limbo vital donde se puede hacer lo que se quiera en consonancia con la "naturaleza". Esta idea de libertad ha generado unas expectativas absolutamente ficticias en miles de seres humanos que, al perseguir su profunda naturaleza han rechazado sin más su entorno social, al considerarlo como obstáculo insalvable para alcanzar su libertad. Lo que ha quedado ocluido por este mito es justamente que la opción única y real que tenemos para ser libres está en la sociedad misma. Las determinaciones sociales son necesarias para ejercer lo que somos y justamente, nuestra libertad se amplía en la medida en que establecemos más determinaciones a nuestra acción.

Son muchas las vidas que terminan en el fracaso por perseguir este mito de la libertad indeterminada, solo posible en la irrealidad de Arcadia, pues al no entrar de lleno en la vida social recurren a la evasión a través de “paraísos artificiales” –por usar la expresión de Baudelaire al referirse a sus experiencias con el opio y el hachís–, que acaban por reducir al mínimo la maravillosa posibilidad humana de ejercer su libertad en plenitud, a través del compromiso.